viernes, 25 de abril de 2014

La necesidad, la moda y el estilo.

Cualquier producto, sea el que sea, siempre a sido la consecuencia de una necesidad. Yo soy de los que creo que es imposible crear necesidades ya que quien lo consigue, acaba descubriendo que si una cosa realmente no es necesaria desaparece en un breve periodo de tiempo.

En temas de ropa interior, digamos que la necesidad crea tendencias, y éstas, han sido siempre las que han marcado su forma de vestir cotidiana.

Vamos a centrarlo. 

Ya en épocas remotas, y justo en el momento en que los humanos empezamos a caminar erguidos, los símbolos externos del cuerpo femenino que servían para atraer al sexo opuesto, como las mamas, empezaron a ser evidentes de forma permanente y no tan solo en periodo lactante.

Esta relevancia del pecho, y por puro confort, hizo conveniente cubrírlos, no por una cuestión de pudor, sino por una cuestión de confort, de necesidad. 

Esta necesidad de cubrirlo, de sujetarlo, se conseguía con elementos como el cuero o el tejido.

A partir de ahí, hasta bien entrado el siglo XX, muchas mujeres se sujetaban el pecho con largas tiras de tejido.

Paralelamente, en las clases mas pudientes, en las que marcaban estilo (nobleza, gente adinerada, altas clases sociales), marcaban tendencias y estilo, digamos qu marcaban las lineas de la "moda". 

Quedaba claro cuáles eran los estilos "bien vistos". Cinturas estrechas, mujeres erguidas, con hechuras, sin hechuras, con trasero prominente...

Para ello, se inventaron un sinfin de artilugios, como el corsé, el jubón, los miriñaques, el polisón, los rellenos, las enaguas... cuyo cometido empezó siendo la protección de los lujosos vestidos (que no se mancharan por la transpiración) y que acabó marcando figura (fajas, elementos que modificaban el cuerpo...). 

Desde que Catalina de Médici decidió en 1550 que las cortesanas comprimieran su cintura y se mantuvieran erguidas para asistir a cualquier acto de la Corte, hasta entrado el siglo XX, la evolución del corsé llevó a lucir "cinturas de avispa", que desfiguraban el cuerpo y "reordenaban" los órganos internos, impidiendo los embarazos y causando graves perjuicios en la salud.
Mas tarde la lucha anticorsé, llevó a que los diseños, dejaran la figura femenina libre y se realizaban piezas tiradas, desde debajo del pecho hasta los pies, o desde encima del pecho hasta la rodilla (estilo charleston).

La mujer buscaba su confort, y de ahí la gran revolución que significó el que las mujeres tuvieran que ponerse a trabajar en las cadenas de producción, porque todos los hombres estan en la guerra. Esto, permitió que se empezara a "tolerar" que se vistieran con pantalones y ropa cómoda.

Incluso las clases pudientes, descubrieron el confort del primer sujetador (Mary Phelps Jacob 1914), que dejaba a un lado la rigidez de un corsé.

Pero la gran revolución estética la provocó Hollywood. Howard Hughes pidió a un ingeniero aeronáutico una pieza que transformara el pecho en algo "misil y emergente", opensando en Jane Russell. Lo popularizaron Marylin Monroe y Jane, en "Los caballeros las prefieren rubias", apareciendo con sendos vestidos rojos ceñidos luciendo pecho puntiagudo.

Este fue el inicio de la industria del sujetador evolucionando, con protestas beatnik incluidas, a la actualidad, donde la mujer tiene conciencia de cómo quiere verse, de qué modo se gusta mas y cuál es su momento del día, para usar un tipo de sujetador u otro.

A pesar de todo, estamos en ese momento en el que se debe tomar consciencia de que hay mucha oferta de productos, mas o menos atractivos, mas o menos a la moda, con funciones de todo tipo, pero que se debe de escoger bien.

No hay dos mujeres que tengan la misma figura, ni el mismo volumen de pecho, ni la misma caja torácica, y por lo tanto se ha de acudir a tiendas que sepan ayudarla a escoger y que pùeda salir de la tienda con la pieza que le encaja como un guante y que va a ser la que necesita.

Y cuando hablemos de precio, hablemos también de si es caro o no. Pongamos un ejemplo fácil.

Compramos un sujetador que después de comprarlo no aguanta 10 lavados. O compramos un sujetador que nos cuesta cuatro veces mas, pero que después de 100 lavados aún lo usamos. ¿Cuál ha salido mas caro?.

En las tiendas con un surtido interesante y amplio de productos, de todos los estilos, formas, funciones y caacidades, donde saben atender en el probador y que sabes que saldrás del establecimiento sin remordimientos de compra, es lo que hacemos en Sayfit

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